Escribe: Santiago Bullard.
El viaje ha sido largo. Más de 400 años han pasado desde aquel día en que Alonso Quijano, empujado por la manía de la lectura, se puso encima la armadura de Don Quijote de la Mancha y abandonó su hogar. Desde entonces su gesta, símbolo de tantas cosas, se ha convertido también en una actitud, de convertir la vida misma en una obra literaria.
Las andanzas de este imprevisto héroe de la modernidad no se limitan, ciertamente, a la suma de destinos que han quedado catalogados en las páginas de “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”, la obra cumbre de Miguel de Cervantes Saavedra. El viaje, más bien, continúa hasta nuestro siglo, tanto en la aventura que es la lengua española, como en las diversas formas culturales que ha inspirado alrededor de todo el mundo: desde los exaltados héroes del romanticismo a los gauchos de “Martín Fierro” o “Don Segundo Sombra”. Asimismo, ha ejercido una fuerte influencia en el cine e inspirado a figuras tan distintas entre sí como lo pueden ser Chaplin en Inglaterra y Andréi Tarkovski en Rusia.
La primera parte de esta obra se publicó en 1605. Su éxito fue tal que en 1614 apareció una continuación apócrifa de la historia de “El Quijote”, cuyo desconocido autor firmaba con el seudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda. Algunos críticos creen que esto empujó a Cervantes a culminar una segunda parte oficial de las aventuras de este hidalgo tardío, de este Caballero de la Triste Figura.
Para conmemorar el cuarto centenario de la publicación de esta segunda parte de “El Quijote”, la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) ha puesto en exposición uno de sus tesoros más preciados: una primera edición de la obra.
Kathia Hanza, directora del Sistema de Bibliotecas de la PUCP, comenta que este ejemplar “fue comprado en 1992, siendo rector Salomón Lerner Febres, por iniciativa de la doctora Carmen Villanueva, quien era la directora de la biblioteca en ese entonces”.
Hanza señala que este libro forma parte de la llamada Colección Comenares, que fue comprada de a pocos por la universidad a David Comenares. “Él era de la especialidad de Historia de la PUCP –agrega–, y le debemos algunos de los libros más importantes de nuestra colección”.
Este tomo en particular se expone actualmente en la biblioteca del Complejo de Innovación Académica de la PUCP, situado en el campus de este centro de estudios. La curaduría estuvo a cargo de Mayu Mohanna.
“Es increíble ver cómo un libro puede mantener su vigencia a lo largo de tanto tiempo”, sugiere Hanza. Esta exposición es la primera de una serie de actividades organizadas por la PUCP para conmemorar los 400 años de la obra magna de Cervantes y de su héroe, quien ha seguido renovándose a lo largo del tiempo para dar forma a una figura moderna, perfectamente contemporánea. Desde coloquios y talleres de lectura hasta proyecciones de cine, esta promete ser una celebración quijotesca.
Fuente: Diario El Comercio, Sección Luces, C5 – 25 de setiembre del 2015